Motivaciones para la práctica deportiva

El deporte, el ejercicio físico razonable, no sólo es una práctica de salud recomendable para una persona con discapacidad, como para cualquiera,  sino un factor de autonomía personal de gran valor para la inclusión de la misma en las diferentes facetas de la vida en sociedad. La práctica deportiva es un antídoto eficaz a las actitudes pasivas frente a la integración sociocultural y sociolaboral que adoptan muchas personas con discapacidad debido a su propia experiencia vital de exclusión, falta de oportunidades, carencias de habilidades sociales y laborales y atunomía personal.

Un trabajo digno facilita sin duda el cambio hacia una mejor calidad de vida, con eso contamos ya en Insular Ásistencia. Sin embargo necesitamos saber motivar a nuestros trabajadores para que introduzcan en sus hábitos otras conductas adaptativas necesarias mantener un buen estado de salud, una vida sociocultural más rica y capacidad laboral más competitiva. En esta dirección, durante los últimos meses de 2015 y lo que va de este 2016, en las reuniones grupales en el marco del programa de habilidades sociales y actitudes laborales, pero especialmente en las intervenciones individuales realizadas a partir de la detección de las dimensiones de calidad de vida del Programa de Apoyos Individualizados que desarrollamos en nuestra entidad, se ha hecho especial hincapié en la motivación para la realización de actividades físico-deportivas.

Abordar el ámbito deportivo entre trabajadores con discapacidad adscritos al empleo protegido o al empleo con apoyo, es una tarea compleja. Es frecuente encotrar poca predisposición  a realizar actividades que supongan esfuerzo físico al terminar la jornada de trabajo. La tedencia al sedentarismo o a la ausencia de un ejercicio físico moderado es un problema importante para las personas con discapacidad debido a que es un factor de riesgo de cronificación o empeoramiento de las condiciones o las secuelas que han generado la propia discapacidad. En muchos casos, además, las dificultades sobrevenidas por el sobrepeso, la falta de flexibilidad, el embotamiento o las situaciones de estrés, pueden suponer un deterioro de la capacidad productiva de estas personas y afectar negativamente a su integración sociolaboral. Propiciar en la medida que nos sea posible el ámbito deportivo entre los trabajadores con discapacidad es una tarea que hemos de afrontar desde las unidades de apoyo, aún siendo conscientes de que es un camino complicado y lleno de actitudes de rechazo a la practica de cualquier tipo de actividad físico-deportiva.

En nuestro Centro Especial son varios los trabajadores que realizan alguna práctica o actividad físico-deportiva. En la mayoría de los casos esta práctica está relacionada con las actividades de gimnasio. En estos casos, las actuaciones de la Unidad de Apoyo de Insular Asistencia, se circunscriben al seguimiento, apoyo y refuerzo, en su caso, de las mismas, básicamente procurando que se mantenga una continuidad en su práctica. En algunos casos también se insta a cambios funcionales en las actividades que realiza alguno de estos trabajadores en el gimnasio, proponiendo adaptacions o modificaciones de la actividad que puedan suponer una mejora en los beneficios que las mismas proporcionan. Por ejemplo, y teniendo en cuenta las exigencias físicas de la actividad laboral que realizan, se les orienta o aconseja a focalizar los ejercicios a fortalalecer las extremidades inferiores y ha adquirir un buen tono muscular, para minimizar en la medida de lo posible, el cansacio y la fatiga propia a la actividad laboral que realizan.

El trabajo de fomento y motivación hacia la práctica de un deporte como medio para mejorar la calidad de vida en general, también ha dado como resultado cambios de actitudes y comprensión de la necesidad de cambios en los estilos de vida.  A día de hoy alguno de nuestros trabajadores ha iniciado una actividad diaria de natación a partir del objetivo planteado de cambio de hábitos, de situaciones que complican el desempeño del trabajo, como ocurre con el sobrepeso y el  manejo de las situaciones de estrés laboral. Nadar después de salir del trabajo es una magnífica elección para abordar estos cambios y para sentirse mejor consigo mismo.