Todo grupo familiar, independientemente de la existencia de discapacidad en uno de sus miembros, debe pasar por distintas etapas en las cuales se producen incertidumbres y cambios. Uno de estos periodos, especialmente difíciles, es el de la incorporación de la personas con discapacidad al mundo laboral, que para la mayoría de las familias supone la búsqueda de orientación y recursos que permitan ordenar las dificultades para la incorporación de la persona con discapacidad al mercado laboral y, en su caso (que no son mayoría) para apoyar su permanencia en el mismo. Las personas que se encuentran en su entorno social se preocupan mucho por saber si la manera en que actúan es adecuada para favorecer la motivación y la disminución del estrés de la persona que busca trabajo o que quiere retenerlo. En la mayoría de los casos en los que las empresas que tenemos contratadas personas con discapacidad, interaccionamos positivamente con las familias, no solo mejoramos la percepción de estas sobre la disminución de la ansiedad de su familiar, sino que les proporcionamos herramientas de participación y vinculación emocional con un proyecto de capacitación para la mejora competencial del trabajador. El trabajador, a través de la conjunción del apoyo familiar y de la empresa, adquiere calidad de vida y bienestar psicológico y emocional, desarrollo personal y autodeterminación. A cambio, las entidades, como los centros especiales de empleo, y también las empresas ordinarias, obtenemos ese feedback de motivación que hace de nuestros empleados con discapacidad, trabajadores mucho más eficientes y comprometidos.
¿Cómo puede actuar la familia de un trabajador con discapacidad para contribuir en su calidad de vida laboral?
En nuestras reuniones con los familiares de nuestros trabajadores del Cee Insular Asistencia el foco de nuestro dialogo se centra en un concepto clave: el de autodeterminación. En muchos casos, principalmente en relación a los trabajadores con discpacidad intelectual (que en nuestro caso son mayoría), la familia debe desempeñar un papel importante en cuanto a contribuir a la mejora de la autonomía del trabajador/a. Nos preocupa trabajar con el trabajador y su familia diferentes factores necesarios para que la calidad de vida sociolaboral sea lo más real posible. En este sentido, por ejemplo, trabajar las habilidades de autodirección que propicien el control de su propia conducta por parte de estas personas con diversidad funcional, por que igual que nos ocurre a todos y cada uno de nosotros, en casi todas las situaciones, especialmente las adversas, es esencial disponer de los automatismos necesarios para que nuestra conducta sea capaz de controlar nuestro medio y las interacciones sociales significativas y recíprocas que en él se producen.
Con las familias buscamos acuerdos de colaboración para alcanzar el mayor nivel de autodeterminación posible en el trabajador con discapacidad. No se trata de acuerdos complicados, sino al contrario, favorecer cosas tan sencillas como dar importancia al logro de metas estableciendo espectativas realistas en cuanto a su empleo, abrir posibilidades para la interacción efectiva con otras personas, favorecer la toma autónoma de decisiones y apoyarlas; compartir los errores y aprender de ellos, etc.
El objetivo para este año 2016 de nuestra Unidad de Apoyo, es ir integrando a las familias en la colaboración y en el compromiso, también, de mejorar la calidad sociolaboral de las personas con discapacidad que integran nuestra entidad o que se relaciona con ella de una u otra forma.
En una próxima entrada de blog comentaremos las ideas y acciones que estamos emprendiendo en materia de asistencia al trabajador en los procesos de incorporación al mercado ordinario de trabajo.
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